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miércoles, 16 de marzo de 2011

Dicen que todos tenemos una misión en la vida.

Ahora, la pregunta que nunca nadie, y cuando digo nadie, no eximo a ningún ser, o ente que pulule por este, u otros diversos mundos. Cuál es esa misión? Cuál es mi misión?

Acaso desde el momento que se unen los gametos y se hace fértil esta semilla de creación, se nos dice: Vos, vas a vivir, por, y para esto? De ser así, la incubación, o la amnesia infanta nos desvía del objetivo, y nos obliga a buscarlo por los más recónditos recovecos de nuestras entrañas.

Y claro, el Capitán Planeta, debía salvar el mundo, y los cinco alcahuetes que lo seguían, tenían que tener el anillito, y ta... pero no todos corremos con la suerte de estos personajes. Hay quienes nos atormenta la idea de encontrar una respuesta indeseable, algo que no se ajuste a nuestros proyectos de vida.

Cierto es, que siempre dejamos un legado, pero me niego a creer que algo tan insignificante como una legado podría ser calificado como misión de vida.

Como se dio cuenta Marx que debía ser uno de los más grandes influentes en el comunismo alemán a tal punto de crear una filosofía? Como se dio cuenta Coco Chanel que era su deber revolucionar el mundo de la moda? Y Hitler, que debía matar cientos de miles de personas por la mísera simplicidad de su raza o religión? Cuando es que abrís los ojos y decís: Bo, es hoy, ya sé que tengo que hacer.

Y te pones a mover los pies, y corres y escalas montañas, y les das la vuelta, y cumplís, y rompes el listón carmesí en que se lee: llegada, tan claro como para el miope la bruma? Que lo determina y cuanto falta para que me llegue? Porque, quiero, quiero saber el porqué de mi aparición en lo llamado terrenal. Quiero tener una motivación, y a esta, y solo a esta prestarle atención. Derivar el placer y las risotadas a la enriquecida memoria y mirar al frente sin periferia, y que en esta se escondan las penurias y tristezas. Quiero darle un fin a la indecisión.

Pero no quiero ir solo, no quiero tener que hacer algo que no deseo, y dañarme por lograrlo. No quiero perder mi escancia ni endurecer mi corazón. No quiero sumirme en la desesperación, ni tampoco ser ciego ante el estallido.

A veces me pongo pensar en la remota posibilidad de saberlo, de tener plasmado en mi subconsciente, que mi misión de vida, y la de todos... es nada más que vivir al máximo, y amar plenamente, y destruir almas y corazones, y hacer reír a otras personas, y disfrutar un buen cappuccino de mañana, y ver la lluvia caer, y llorar, y, al final de todo, darse cuenta, en el último suspiro, de que se fue feliz, pero nunca antes se gozo de esta certeza.

Pero no... Eso no debe ser.


2 comentarios:

Bettina Diaz Smoljko dijo...

No creo que jamás pierdas tu esencia y mucho menos, se endurezca tú corazón. Es como muy imposible que un corazón tan sano y tan bueno termine frío totalmente.. por no llamarlo totalmente gélido.

Disfrutar, creo que de eso se trata. :)

Federico Ferreira dijo...

¿Cuándo abrís los ojos? ¿Cuándo ya sabes lo que tenés que hacer? Eso te lo propones únicamente VOS. VOS decidís si queres ser el próximo Marx, Coco Chanel o Hitler, VOS decidís que ser, cómo ser... Si yo quisiera ser el próximo Marx, empezaría a estudiar nuestra sociedad, si quisiera ser Coco Chanel empezaría a estudiar moda, etc.
Uno puede ser todo lo que se proponga, aunque esto vaya a tener muchos esfuerzos que hacer.


¿Cuál es el sentido de vivir? Eso lo decidís vos, mi sentido de vivir es que mis obras literarias sean cada vez mejores, quizás para otro sea su hijo o para otro el dinero, eso es muy variado, pero el sentido lo decidís vos.

Si no tenés motivaciones, si te da lo mismo todo, si te da lo mismo actuar mal o bien..yo me empezaría a preocupar.. un actor, con todo lo que tiene que hacer, ensayar, leer, estudiar, no le alcanza la vida!! a los artistas no nos alcanza la vida!! y justamente por eso no debemos desperdiciar el tiempo.